Santa Teresa de Jesús fue bautizada ocho días después de su nacimiento, el 4 de abril de 1515. Era un miércoles santo. La pila bautismal donde inició la existencia cristiana de Teresa de Jesús es de estilo gótico (S. XV) y aún se conserva. Pertenece a la iglesia de San Juan Bautista, la cual se encuentra dentro de la pintoresca plaza del Mercado Chico en Ávila. Es un templo románico, pero reformado en el siglo XVI en estilo gótico. El templo fue declarado Monumento Nacional en 1983.
Sus padrinos eran gente de respeto en la ciudad. Doña María del Aguila y Don Francisco Nuñez Vela. Los Nuñez Vela habitaban muy cerca de la casa de los padres de Teresa. Actualmente dicha casa es el palacio de Justicia de la Ciudad.
Hoy, que recordamos el bautismo de nuestra Santa, queremos dejar la “voz” de Teresa en relación a las gracias del Bautismo.
“De aquí también gané la grandísima pena que me da las muchas almas que se condenan (de estos luteranos en especial porque eran ya por el bautismo miembros de la iglesia)” (V 32,6)
“¿Que remedio, Señor, para poder después vivir, que no sea muriendo con la memoria de haber perdido tanto bien como tuviera estando en la inocencia que quedó del bautismo?” (E 3,2)
Por el bautismo “todas las almas” están unidas al Señor por vínculo esponsal. (CE 38,1).
También recuerda Teresa el bautismo de Jesús cuando hace referencia a la palabra del Padre que dice tener sus “deleites” en Jesús (E 7,1).