El pasado 1 de junio, el Diario de Ávila publicó una reflexión del Sacerdote Carmelita Francisco Javier Sancho Fermín, doctor en Teología, escritor de numerosos libros y artículos y actual Director de CITeS, la Universidad de la Mística en Ávila.
“Anden Señores de sí mismos” es el título de esta reflexión para “los tiempos de hoy” como señala el autor, el cual nos ha permitido publicar íntegramente en este espacio de la Familia Teresiana.
¡Gracias P. Javier por tu generoso compartir!
¡Anden señores de sí mismos!
“Con estas palabras nos invita Teresa de Jesús a vivir la verdadera libertad. Un valor y derecho que todos nos empeñamos en exigir y defender. Y que consideramos como uno de los valores estrella de nuestras estructuras democráticas. Todos anhelamos y deseamos ser libres y que se respete nuestra libertad. Pero, ¿realmente se dan las condiciones que hacen posible esa libertad? ¿O estamos frente a una falacia o engaño, que nos hace creer que somos libres sin serlo?
Reflexionando sobre su propia vida Teresa se daba cuenta de haber vivido engañada durante muchos años de su vida. Pensaba ser libre porque sentía que vivía según su gusto o capricho. Pero meditando y reflexionando sobre su vida pasada, percibe que vivía bajo el engaño, bajo la apariencia de creer ser libre siendo esclava de tantos gustos, caprichos, sensualidades, condicionantes sociales y religiosos. Creía ser libre y era esclava.
Si consiguió enfrentarse a sus propios engaños, fue porque nunca dejó de interrogarse a sí misma, y de adentrarse en su propio interior. De este modo fue capaz de mirar frente a frente a todos los condicionantes que no la dejaban ser libre, manteniendo una actitud crítica frente a sí misma, y no culpabilizando a los demás.
Surgen aquí muchos interrogantes sobre nuestro modo de vivir: desde si somos verdaderamente libres, hasta si se dan las condiciones externas e internas que nos ayudan en esa tarea. ¿Hasta dónde nos influyen las modas? ¿en qué medida los medios y la visión de los líderes sociales o políticos condicionan nuestro modo de ver y percibir la realidad? ¿somos libres para pensar, o estamos condicionados por el modo como nos presentan otros su visión o manipulación de la verdad? ¿razonamos con hechos o nos dejamos condicionar por nuestras emociones, gustos, intereses personales, etc…?
No es posible afrontar en unos párrafos la complejidad del momento que vivimos, si bien todos somos testigos de hasta qué punto nos pueden afectar y condicionar los acontecimientos que nos rodean. Situaciones que, sin querer, nos implican emocionalmente y que tienen consecuencias a la hora de expresar nuestra opinión o apoyo. Pero si, al menos, tomamos conciencia de ello, estaremos más preparados para no dejarnos quitar o zarandear tan fácilmente nuestra libertad.
¡Oh gran libertad, tener por cautiverio haber de vivir y tratar conforme a las leyes del mundo! Así exclamaba Teresa al verse liberada de sí misma y descubrir que se le habían abierto los ojos para percibir la mentira del mundo. La libertad no es simplemente poder elegir, sino tener la luz y capacidad para ver, para conocer el verdadero valor de las cosas, y poder actuar -no zarandeado por agentes externos o egoístas-, sino movido por el anhelo profundo de optar por el bien y la verdad. Ya un gran sabio llamado Jesús proclamaba que “la verdad os hará libres”.